Vocación
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Ser hermanita es
la respuesta generosa a la invitación que Dios hace a seguirle.
La hermanita
puede responder como el profeta Jeremías:
«Tú me sedujiste Señor, y yo me dejé seducir» (Jr 20,7).
«Tú me sedujiste Señor, y yo me dejé seducir» (Jr 20,7).
La vocación
es un don que recibimos de Dios y que vamos desarrollando día a día cuando
respondemos generosamente.
La hermanita
ha sido llamada a hacer de su vida una gozosa y total entrega a Dios sumamente
amado, sirviendo a los ancianos necesitados, al estilo de Cristo, reflejando en
todas sus acciones su amor. Así nos lo recuerda nuestra Fundadora: “El
Corazón de Jesús arde en llamas de purísimo amor. Con este amor purísimo es
necesario que tratemos siempre a nuestros ancianos, interesándonos muchísimo de
su bienestar temporal y eterno".
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Joven, ¿te
sientes llamada a dar y entregar tu vida a Jesús, y así hacer más feliz y
humana, la vida de nuestros
ancianos?
Ellos te
necesitan para poder caminar, para sentirse acompañados, para que le contagies
tu juventud y tu vida y nosotras te abrimos las puertas de nuestra casa para
ayudarte a responder a la llamada del Señor cuando sientas que te dice:
“Sígueme". Nosotras complementamos "Ven y veras".
Si deseas
conocernos y experimentar nuestra vida o recibir más información
puedes ponerte en contacto con nosotras en la siguiente dirección:
Av.
Intercomunal San Fernando- Biruaca. Asociación Civil Nuestra señora de
Coromoto.
Puntos de
Referencia: Nos conocen por el asilo de Biruaca y estamos ubicadas a pocos metros de la
estación de Policías.
Biruaca,
Estado Apure. Venezuela.
Telf.: 0247-364.10.29
Para lograr
comunicarte con nosotras y tengas una mejor información, puedes consultar la
sección “Contactos” o dirigirte a la dirección ya facilitada para que nos
conozcas y puedas tener una mejor experiencia. “NO TENGAS MIEDO, Dios te ha
escogido, porque te ama. El señor tiene un propósito contigo para darle sentido
a tu vida, el tiene preparado para ti lo mejor”.
La vocación nace del Amor y lleva al Amor,
Porque “el hombre no puede vivir sin Amor”.
“Me dirijo a todos vosotros, queridos jóvenes.
Dejaos interpelar por el Amor de Cristo.
Reconoced su Voz,
Que resuena en el templo de vuestro corazón.
Acoged su mirada luminosa y penetrante,
Que abre los caminos de vuestra vida
A los horizontes de la misión de la Iglesia.
Este mundo,
Atormentado por transformaciones a menudo lacerantes,
Necesita más que nunca el testimonio
De hombres y mujeres de buena voluntad,
De vidas consagradas
A los más altos y sagrados valores espirituales,
A fin de que a nuestro tiempo no le falte
La luz de las más altas elevadas conquistas del espíritu.
No tengáis miedo de la radicalidad de sus exigencias,
Porque Jesús, que os amó primero,
Está dispuesto a daros todo cuanto os pide.
Si os exige mucho, es porque sabe que podéis dar mucho.
Jóvenes, ayudad a la Iglesia
Para conservar joven el mundo.
Responded a la cultura de la muerte
Con la cultura de la vida.
Juan Pablo II
Vídeos y
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